Esperaba con muchas ganas este
momento, ¿por qué?. Han sido muchos
días, muchos meses y unos años verdaderamente difíciles, con momentos durísimos
que nadie debería pasar. Entrenamientos tirados por la borda, competiciones en
la que el simple hecho de terminar se convertía en un milagro. Mi cuerpo, simplemente
no podía hacer más.
En 2012 una anemia entró en mi vida,
una más pensé, y a esto se le unió una extraña lesión de rodilla que me mantuvo
unos meses, más de los que en un principio pensaba, alejada de entrenamientos y
competiciones.
Los problemas de anemia no eran
nuevo para mí ya que los había tenido anteriormente, pero dentro de la rutina y
tras algún que otro mes de bajón, siempre conseguía volver a la normalidad y
seguir entrenando sin problemas. En esta ocasión, esto no fue así. No sabía qué
me pasaba, ese bache no acababa y cada día iba peor entrenando. Las analíticas
iban indicando que algo no iba bien ya que cada nueva que me hacía era peor a
la anterior. Cada mes una nueva analítica y los niveles seguían cayendo empicados,
cada vez más bajos. ¿Qué me estaba pasando? Mi nivel de hematocrito se situó
por debajo de 30…. Visita a varios médicos, primero diciéndome que los niveles
eran normales, después recomendándome meses de descanso para poder recuperarme…
la solución no aparecía y el motivo tampoco.
Mis ganas de seguir entrenando,
por esa época simplemente de salir a correr podían con esa larga espera sin
sentido, sin soluciones, sin metas…. Cuando no salía a correr me dolía y mucho
quedarme en casa; cuando salía a correr, era aún peor. Las lágrimas estaban
presentes un día sí y otro también porque los ritmos que llevaba eran demasiado
pobres y mi cabeza no aguantaba más.
Desesperación y ganas de tirar la
toalla han estado presente muchas veces, el hecho de pensar en dejar de correr,
en no cambiarme más para salir a entrenar, no ponerme un dorsal…..no disfrutaba
y eso es lo peor que le puede pasar a alguien que como yo, ama este deporte.
Por esa razón, el amor a este
deporte, el saber que esto no es sólo parte de mi vida sino que simplemente es
mi vida, que el atletismo me ha dado los mejores momentos, las mejores
amistades y que todo esto produce gran parte de mi felicidad diaria, no podía
abandonar…
Estos motivos y muchos más, a
pesar de no poder estar en los ritmos correctos y marcas deseadas, de no poder
enganchar semanas completas de entrenamiento o terminar una sesión, de no poder
rendir todo lo que me hubiese gustado, de no ser la atleta que quería ser… son
los que me han ayudado a seguir luchando cada día, levantándome pensando que
ese día sería el primero de muchos, pensando que ya podía, que mi cuerpo me iba
a dejar, que la solución vendría, que lo peor ya había pasado y he ido
entrenando según me lo permitía mi cuerpo, con toda la paciencia del mundo,
esperando con ilusión que algún día llegase la recuperación deseada.
Una persona muy importante para
mí y que durante este tiempo lo ha sido más aún ha sido una doctora, pero sobre
todo gran amiga, que desde el principio se ha interesado por todas y cada una
de mis analíticas, recomendándome miles de pautas a seguir con la ilusión y la
confianza de poder ayudarme. Esa doctora es Fátima Breña, parte muy importante en
todo esto y responsable de que hoy esté escribiendo con esta ilusión.
A principios del año pasado,
después de muchas pruebas para comprobar si el motivo de mi anemia podía ser
alergia al gluten y todas ser negativas, ella me dijo que dejase de comerlo,
que probase. Había que hacer cosas nuevas. Me explicó que en muchas ocasiones
las analíticas dan negativo y no existen síntomas característicos como pueden
ser los problemas estomacales, pero quizás una intolerancia que no me estaban
detectando fuese la culpable.
Confiando 100% en ella, como en
todas sus indicaciones y recomendaciones, empecé poco a poco a modificar mi
dieta. En unos meses mis sensaciones comenzaron a cambiar, empecé a volver a
ritmos de rodaje y de series que hacía muchos meses que no conseguía, parecía
que todo empezaba a funcionar.
Desde entonces ha habido semanas
y meses buenos, y otros no tan buenos, supongo que hasta que mi cuerpo haya
limpiado y regenerado todo lo que debía y ahora puedo decir que sí que han
desaparecido esas malas sensaciones y la impotencia anterior de no poder hacer
nada. Las analíticas a día de hoy van subiendo muy poco a poco o se mantienen, dejando
atrás esas bajadas continuas cada vez que me hacía una nueva.
Los últimos 2 meses es cuando especialmente
he entrenado bastante mejor, y por eso me propuse un objetivo principal por el
que luchar, algo que no se me iba a ir de la mente y ese era bajar de 37min en
10k con la ilusión de tomarlo como punto de partida.
Ese momento llegó ayer, y es lo
que ha hecho que me apetezca compartir con todos vosotros esta pequeña
historia.
A pesar de todo, durante todo
este tiempo he tenido la oportunidad de estar en numerosos pódiums, ganar
carreras, estar en algún que otro Cto de España e incluso subir al pódium en
alguno de ellos -por equipos-, y todo esto ha ayudado a mantener la ilusión,
siendo siempre consciente de que las marcas no eran las deseadas. El cariño de
muchísima gente, de vosotr@s, también ha sido fundamental.
Y me queda, como no, hacer
responsable de mi lucha y de todo lo que he conseguido a mi entrenador y a la
vez persona fundamental en mi vida, Juan Pablo Gómez. Ha tenido mucha más
paciencia que yo, ha planificado y modificado lo inmodificable con el fin de
adaptarlo a las sensaciones y posibilidades diarias de mi cuerpo, me ha
escuchado y animado sin cansarse. Él jamás se ha planteado tirar la toalla.
Siempre me ha dicho que volvería a correr, que este proceso me haría crecer y
ser más fuerte, que me ayudaría a saber valorar todo lo que viniera después.
Estoy aquí por él y para él. MIL GRACIAS.
Raquel y Adolfo, dos personas con
las que he podido entrenar en todo este tiempo menos de lo que siempre he
hecho, de ellos sólo he escuchado palabras de ánimo y ganas de ayudarme tanto
entrenando como compitiendo. Ellos seguían creyendo en mí; mi familia, los
demás compañeros del grupo de entreno, amigos…
Ahora, estoy mentalmente
preparada y además tengo muchísimas ganas de entrenar, de seguir mejorando, de
recuperar el tiempo perdido, de sacar todo lo que hay dentro de mí. Queda mucho
trabajo pendiente, sí, pero tengo más ganas que nunca de hacerlo.
Espero y deseo que el día de ayer
sea un pasito, un pequeño paso, pero a la vez un paso muy importante para lo
que venga.
Por último gracias a mi club, el
Pamplona Atlético, y a mis patrocinadores Skechers y MyProtein, porque sin sus
ánimos, su confianza en todo este tiempo pese al traspiés y sin su ayuda todo
esto hubiera sido mucho más difícil aún.
*Foto Finidiblanco (gracias!)