Érase una vez que se era un
grupito de tres amigas, casi hermanas, que soñaban cada día con dar zancadas.
Querían dar muchas y muy, muy,
muy rápidas. Querían que fueran zancadas mágicas de tal manera que les ayudarán
a conseguir un valioso tesoro. Para ello, todos los días (365 días al año) no
dejaban de pensar con los ojos abiertos y soñar cuando los cerraban en recorrer
parajes misteriosos, abrir senderos y pisar por donde nunca antes había pisado
nadie.
Isabel, una catalana con raíces
zamoranas, que desde pequeña le apasionaba subir y bajar junto a sus padres
cualquier sendero empinado con la ilusión de llegar a la cumbre y mirar desde
ahí todos los matices coloridos, salvajes y maravillosos que sus ojos pudieran
almacenar. Raquel, extremeña de postín, que siempre miraba hacia delante y supo
enseñar a “sus hermanas” a levantarse cada vez que se cayeran haciéndolas ver
que no hay nada más importante que luchar por un objetivo. Mamen otra
extremeñita, más menuda que las anteriores, siempre sonriendo y proponiendo
retos como la traviesa viajera que nada le asusta, era la punta de lanza del
grupito.
Un día, mirando el calendario,
trazaron la ruta perfecta en busca del tesoro más preciado. Aquel con el que
habían soñado toda sus vidas, aquel que anhelaban con ahínco y por el que
suspiraban cada vez que se abrochaban unas SKECHERS y se tiraban al monte.
Pensaron, que por qué no, en Cercedilla podrían dar las zancadas más rápidas
que jamás habían dado, subir por los senderos que nunca habían pisado y llegar
a la cumbre y al mirar desde ahí vislumbrar como a pocos metros se encontraba
su tesoro.
De pequeñas, antes incluso de
plantearse esta búsqueda, pensaban que algún día sin saber dónde, cómo o
porqué, tendrían que subir a “lo más alto”, no sabían si lo harían solas o en
compañía….pero en Cercedilla, en un marco incomparable de la sierra madrileña,
les deparaba la mayor de las sorpresas…
A las 11 de la mañana salieron
las tres camino del bosque; Raquel se adelantó abriendo terreno y Mamen e
Isabel casi de la mano, vigilaban en la distancia que todo fuera según lo
previsto. De hecho poco más de media hora después Raquel había encontrado el
camino correcto, había perseguido el sueño que siempre les había acompañado y
que se trasformó en camino, en subidas, en bajadas, en curvas, en árboles,
raíces…..en meta. Faltaban por llegar Isabel y Mamen, sólo en ese momento
podrían completar el puzle y ver si por fin, el sueño se convertía en realidad
como el sapo se convirtió en príncipe.
Lograron conseguir un sueño. El
sueño por el que siempre habían luchado, el sueño que les acompañaba durante
años, el sueño que les hacía dar zancadas e intentar que fueran más rápidas que
las de nadie…..zancadas que ese día convirtieron el sueño en realidad. Realidad
que hace que ese día haya sido el marcado, para siempre y por el resto de los
días como el día en que Raquel, Mamen e Isabel fueron CAMPEONAS DE ESPAÑA de
Carreras de Montaña y lograr, juntas, subir a lo más alto del pódium en un
Nacional.
¡¡NUNCA DEJES DE SOÑAR!!
*Del míster, con todo el cariño, para las tres.